lunes, 4 de enero de 2010

ENSAYO

EL BOOM DE LA NARRATIVA HISPANOAMERICANA CONTEMPORÁNEA
Alonso Berríos.


La novela Hispanoamericana irrumpe en el mundo lector durante los años cincuenta a sesenta. Por supuesto ya hacía tiempo que contaba con un público fiel, de especialistas y aficionados. La nueva atención, sin embargo fue un asunto del todo distinto, mucha gente se encontró interesada en Hispanoamérica, como resultado de leer su literatura y no al revés. Esta reacción de los lectores es significativa, puesto que muchas novelas anteriores eran pintorescas o exóticas, quizás como los libros de viajes; también se mostraban temas costumbristas y regionalistas. Todo esto sin desmerecer todo lo bueno que antes había y que sentó la “herencia” ,por decirlo así, para la narrativa que comenzó en esa época. Todo este interés tiene indudablemente una explicación básica; la narrativa comenzó a tener más originalidad que antes y es probable que los libros nos suministren a una experiencia válida.

El “Boom” es la palabra que se suele emplear para explicar el fenómeno de los años sesenta en adelante en Hispanoamérica misma y en otros países. El fenómeno del interés del público es sin lugar a dudas del todo justificado, porque la cantidad de novelas de alta calidad ha aumentado enormemente, así como el empuje de la publicidad obtenida por autores de renombre internacional como Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa. Los catalizadores son escritores de generaciones anteriores como Juan Rulfo Y Julio Cortázar y de generaciones más recientes como Miguel Ángel Asturias y Jorge Luis Borges, que han contribuido con su notoria obra al empuje del fenómeno de la narrativa Hispanoamérica.

El “fenómeno” que sufre la narrativa actual no se trata del comienzo de éste, donde termina otro, sino un proceso de cambios progresivos, estimula la invención y la innovación. Los factores ideológicos han jugado un papel preponderante dentro de la narrativa Hispanoamericana, donde el principal tema es la protesta, ya sea social o política, sin embargo ha adquirido paulatinamente una actitud vanguardista respeto a la técnica narrativa y de la invención de la realidad, matices regionalistas indudablemente, pero un regionalismo íntimo y trascendente que produce en el lector la experiencia de estar frente a un cuadro o collage, que a una narración satisfactoria. La más notable de esta época en la narrativa, es una evolución hacia una novela de ansiedad, basada en la identidad personal, donde el autor reafirma el derecho de crear su propio mundo. La innovación principal se relaciona con la insatisfacción del hombre con las señas, los símbolos y las formas de la cultura y sociedad que ha creado. Este ánimo no ha producido la novela de la juventud disidente y una aparente anarquía a la creación de la ficción.

Nos queda entonces seguir presenciando desde nuestra privilegiada butaca de este espectáculo notable. El hecho de que una cultura produzca este tipo de literatura nos indica un grado de madurez cultural que no tiene un horizonte definido, involucrando desde allí a todas las demás manifestaciones del arte, y como se ha visto en otras culturas, la vida de todos nosotros.

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